domingo, 4 de noviembre de 2012

Cuidado: cepa peligrosa de gripe aviar en mamíferos acuáticos

El virus de la gripe aviar ha adquirido la capacidad de infectar a mamíferos acuáticos y es culpable de una epidemia que asoló algún tiempo atrás a una población de focas comunes en el litoral de Nueva Inglaterra, Estados Unidos.
 
Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de expertos de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York, el Acuario de Nueva Inglaterra, y otras instituciones.
 
 
 
La primera señal de alarma surgió cuando, en septiembre de 2011, se descubrió un gran número de focas enfermas a lo largo de la costa desde el sur de Maine hasta el norte de Massachusetts. La mayoría eran cachorros (con menos de 6 meses de edad), y un total de 162 focas muertas o moribundas fueron recogidas en los siguientes 3 meses. Los análisis han señalado como culpable a una nueva cepa de virus de la gripe aviar, H3N8.
 
El equipo de Simon Anthony ha investigado cómo este virus pudo saltar de aves a focas. A juzgar por los datos de la secuenciación del genoma completo y los del análisis filogenético, el H3N8 de las focas desciende de una cepa aviar que ha estado circulando entre aves acuáticas de América del Norte desde el año 2002, lo que sugiere que el salto vírico desde las aves a las focas debe haberse producido no antes de ese año.
 
Concretamente, el H3N8 de las focas ha adquirido la capacidad de enlazarse a receptores del ácido siálico que se encuentran frecuentemente en el tracto respiratorio de los mamíferos. Ciertas mutaciones en los genes HA y PB2, necesarios, respectivamente, para entrar en la célula y para replicarse dentro de ella, parecen haber reforzado la capacidad vírica de atacar mamíferos y transmitirse por ellos, aunque todavía hay que investigar más esta cuestión.
 
Teniendo en cuenta estos resultados, y considerando el historial de propagación de los virus de la gripe a los humanos, en particular el H1N1 y el H5N1, hay que plantearse la posibilidad de que el H3N8 de las focas pueda llegar a representar una amenaza para la salud pública

lunes, 10 de septiembre de 2012

Virus del Nilo Occidental

El virus del Nilo Occidental (VNO) es un arbovirus aviar, del género Flavivirus, que puede ser mortal en algunas especies de mamíferos, reptiles y aves. Pertenece al complejo o serogrupo de virus de la encefalitis japonesa.
 

Se transmite principalmente a través de mosquitos siendo los pertenecientes al género Culex (culicoides) los más implicados. Las aves son los huéspedes que constituyen el reservorio principal del VNO. El nivel y la duración de la viremia varían según la especie. En regiones endémicas, este virus se mantiene a través de un ciclo enzoótico entre culicoides y aves. Cuando las condiciones ambientales favorecen una elevada amplificación viral, un número significativo de "vectores puente" (mosquitos que se alimentan de aves y mamíferos) se infectan al final del verano y pueden propagar el virus a humanos, caballos y otros huéspedes accidentales. Las aves migratorias pueden transportar el virus a nuevas regiones. En algunas aves, la viremia puede persistir durante más de tres meses y posiblemente contribuir a la supervivencia del virus durante el invierno.
 
La mayoría de los casos clínicos se producen en humanos y caballos. Aproximadamente el 80% de los humanos infectados permanecen asintomáticos; el 20% tiene síntomas similares a los de la gripe. Menos del 1% desarrolla meningitis, encefalitis o parálisis aguda, pero algunos de estos casos son mortales u ocasionan discapacidad permanente. Los signos neurológicos también se observan en algunos équidos y, ocasionalmente, en otros mamíferos. Se han reportado brotes en cocodrilos. Algunas cepas clínicas nuevas del virus del Nilo Occidental parecen ser virulentas. Antes de 1994, la enfermedad se producía esporádicamente en humanos y caballos, o como epidemias relativamente menores en zonas rurales y los signos neurológicos graves eran poco frecuentes en la mayoría de los brotes. Hasta 1999, el virus del Nilo Occidental también estuvo circunscrito al Hemisferio oriental. No obstante, se observaron brotes graves en Argelia, Rumania, Marruecos, Túnez, Italia, Rusia e Israel entre 1994 y 1999 y el virus se propagó a Norteamérica en 1999. Un aumento en la incidencia de enfermedad neurológica y un índice de letalidad más elevado ha sido asociado a estos virus.
Algunas cepas virales recientes también, causan signos clínicos en aves. En consecuencia, la fiebre del Nilo Occidental surge como una preocupación sanitaria significativa, tanto médica como veterinaria, en América, Europa, la cuenca del Mediterráneo y en otras regiones.
 
El hecho de que el número de casos en Norteamérica sea muy superior este año que en 2011, así como su extensión en otros lugares, como Europa, ha causado gran alarma social. El cambio climático es uno de los factores que pueden estar ayudando a la propagación de la enfermedad.
 
Erin Staples, médico epidemiólogo del CDC, le dijo a BBC Mundo que el ‘templado’ invierno, la temprana primavera y el verano caliente están promoviendo la reproducción de los mosquitos que transmiten el virus. "Aunque sabemos que el número de infectados siempre aumenta a mediados de agosto, está claro que el inusual clima ha influido enormemente en la propagación del virus. Si hay más mosquitos se incrementará, potencialmente, el número de personas contagiadas", explicó. "El brote de este año es mucho mayor que el de años anteriores", recalcó. Sin embargo, Staples advirtió que el clima no es la única razón del aumento. "Hay muchos factores que están afectando al número de casos, como la cifra de pájaros que portan el virus y el comportamiento humano".

lunes, 21 de mayo de 2012

Health Impacts of airborne Allergen Information Network

Summary of the results of the EU-project HIALINE

Exposure to allergens is one of several factors determining sensitization and allergic symptoms in individuals. Exposure to aeroallergens from pollen is assessed by counting allergenic pollen in ambient air. However, proof is lacking that pollen count is representative for allergen exposure. We therefore monitored simultaneously birch, grass and olive pollen counts and their corresponding major pollen allergens Bet v 1, Phl p 5 and Ole e 1 across Europe. Here we report some of our findings.

Birch pollen

The major allergens from the top 3 airborne allergens in Europe (grasses, birch and olive) were sampled with a cascade impactor, extracted and analyzed by allergen specific ELISAs. Pollen counts were measured by standard pollen traps and correlated with the weather data. Atmospheric dynamic modeling was done with the System for Integrated modeLling of Atmospheric coMposition (SILAM), to analyse where the sampled pollen and allergens originated.

At all locations in Europe we found that the allergens correlated closely with pollen counts, showing that pollen is the main if not sole origin of allergens. However, at every location days were found with pollen that released much more allergen (higher pollen potency) than on other days. These were not single events, as comparing the 10% highest potency pollen with the 10% lowest potency pollen for one location, differences of 12-fold (olive pollen) were measured. In general, 10-fold potency differences for every pollen species were common.

When comparing locations, grass pollen showed the largest variability across Europe with France having the highest yearly average grass pollen potency, 7-fold higher than Portugal. For birch pollen the yearly allergen release capacity per pollen was comparable between locations, but still varied more than 2-fold.

Already olive pollen from two locations 400 km apart varied 4-fold in their average allergen release potency. In Portugal, we could model occasions where pollen from Spain with much higher allergen release potency was responsible for allergen exposure.

We think a combined effort of allergen measurements, pollen counts and dynamic atmospheric modeling is needed to assess aeroallergen exposure. Pollen counts, which already vary greatly across Europe, only represent part of the exposure picture. Differences in pollen potency and atmospheric transport are on top of the pollen count variations.

Of course more studies on the effects of climate change on pollen counts and potency are needed. With 3 years the project was too short to reliably calculate these factors. In addition, patient symptoms need to be evaluated simultaneously.

With HIALINE we successfully established an aeroallergen-measuring network using standardized methods across Europe. We could show that aeroallergen exposure not only depends on pollen but also on the amount of allergen these pollen carry, and that this varies >10-fold between days, locations, and years. Atmospheric transport of high potency pollen to locations that normally have a lower allergen exposure was demonstrated.

The Project is coordinated by Prof. Dr. J. Buters, ZAUM-Center for Allergy and Environment, with 13 partners in 11 countries for 3 years with a volume of about € 700.000. The work-package leaders are Lorenzo Cecchi (Italy), Auli Rantio-Lehtimäki (Finland), Mikhail Sofiev (Finland) and Gerald Reese (Germany).

Acknowledgement:

The research leading to these results has received funding from the European Union, in the framework of the Health Programme.

Read more about HIALINE:

1. www.HIALINE.eu

2. Jeroen T.M. Buters, Michel Thibaudon, Matt Smith, Roy Kennedy, Auli Rantio-Lehtimäki, Roberto Albertini, Gerald Reese, Bernhard Weber, Carmen Galan, Rui Brandao, Celia Antunes, Siegfried Jäger, Uwe Berger, Sevcan Celenk, Łukasz Grewling1, Bogdan Jackowiak, Ingrida Sauliene, Ingrid Weichenmeier, Gudrun Pusch, Marje Prank, Mikhial Sofiev,and Lorenzo Cecchi. Release of Bet v 1 from birch pollen from 5 European countries. Results from the HIALINE study. Atmos Environ 2012, in press.

3. Buters JTM, Weichenmeier I, Ochs S, Pusch G, Kreyling W, Boere AJ, Schober W, Behrendt H. The allergen Bet v 1 in fractions of ambient air deviates from birch pollen counts. Allergy 2010;65:850-858.

miércoles, 11 de enero de 2012

Pese al Cambio Climático: El frío sigue matando

Científicos españoles acaban de publicar un estudio en el International Journal of Biometeorology, en su primer número de 2012, sobre la evolución de los efectos del frío intenso sobre la mortalidad en Castilla-La Mancha durante 29 años concluyendo que pese a que han disminuido a lo largo del tiempo, se siguen evidenciando efectos del frío sobre la mortalidad que hacen recomendable la adopción de medidas preventivas ante previsiones de frío intenso.
Enhorabuena, nuevamente, a ese grupo de investigadores.
Como el artículo está en inglés, a continuación se puede leer el resumen traducido al español:
Diversos estudios sobre evolución de la relación temperatura-mortalidad a lo largo del tiempo se refieren principalmente al calor por lo que siempre resultan interesantes aportaciones respecto al frío. Este trabajo describe la modificación de los efectos retardados del frío sobre la mortalidad Castilla-La Mancha de 1975 a 2003, con la novedad de hacerlo también en términos de umbrales de disparo de la mortalidad. Así, se establecen funciones de correlación cruzada (CCF) con 15 desfases tras la aplicación de modelos ARIMA a los datos de mortalidad y temperaturas mínimas diarias (de noviembre a marzo), comparando resultados entre los periodos 1975-1984, 1985-1994 y 1995-2003. También para los periodos 1975-1989 y 1990-2003 se relacionan residuos diarios de mortalidad con temperaturas mínimas agrupadas en intervalos de 2º C, obteniendo una temperatura umbral por frío si esos residuos aumentan de forma significativa (p<0,05) respecto a la media del periodo de estudio. Se obtiene umbral de disparo de la mortalidad por frío, -3º C, en Ciudad Real para el periodo 1990-2003. El número de lags significativos (p<0.05) en las CCF disminuye por décadas en Toledo (5-2-0), Cuenca (4-2-0), Albacete (4-3-0) y Ciudad Real (3-2-1). Según esto, no se puede determinar evolución de los umbrales de disparo de la mortalidad por frío en la región aunque sí una disminución de los efectos retardados del frío sobre la mortalidad que podría atribuirse a la mejora de las condiciones socio-económicas durante el periodo de estudio. Se evidencian efectos del frío sobre la mortalidad que hacen recomendable la adopción de medidas preventivas ante previsiones de frío intenso.

martes, 11 de octubre de 2011

Ley de Salud Pública: ¿Se cumplirá?

El pasado 5 de octubre se publicó en el BOE Ley 33/2011 General de Salud Pública, tras un periplo de muchos meses de borradores, versiones, cambios a nivel político en el propio Ministerio de Sanidad y en muchas Comunidades Autónomas (CC.AA). Llama la atención el recorte de texto en los sucesivos borradores, desde los 156 artículos a los 61 a los que ha quedado finalmente reducida tras las numerosas alegaciones de CC.AA y organizaciones profesionales y sociales.

En su preámbulo señala que los servicios sanitarios resultan imprescindibles para dar respuesta a los problemas de salud de la colectividad, pues consiguen atenuar los perjuicios de las enfermedades y permiten que se pueda recobrar la salud perdida y mejorar la calidad de vida de las personas enfermas. Pero no es el dispositivo asistencial el principal condicionante de nuestro nivel de salud, la salud se gana y se pierde en otros terrenos: antes del nacimiento pueden producirse exposiciones a distintos factores que de forma indeleble determinen la salud futura, y desde el nacimiento hasta la muerte se van acumulando experiencias vitales positivas o negativas que perfilan la salud. El entorno familiar, la educación, los bienes materiales, las desigualdades sociales y económicas, el acceso al trabajo y su calidad, el diseño y los servicios de las ciudades y barrios, la calidad del aire que se respira, del agua que se bebe, de los alimentos que se comen, los animales con los que convivimos, el ejercicio físico que se realiza, el entorno social y medioambiental de las personas, todo ello determina la salud. Las acciones de gobierno, a cualquier nivel, las intervenciones públicas o privadas, tienen en mayor o menor grado repercusiones sobre la salud. De ahí que el enfoque de la salud pública actual se dirige a conformar acciones que rebasan el ámbito de los servicios sanitarios y por tanto requieren nuevas formas de organización.



Si en lo referido a Salud Pública y sus profesionales no se han desarrollado nunca en su totalidad, o directamente no se ha cumplido lo que establecían leyes como la 44/2003 de Ordenación de Profesiones Sanitarias o la Ley 16/2003 de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud, quién nos dice ahora que esta sí se va a desarrollar y cumplir?

Pues nadie, evidentemente. Y es que en España ya se sabe que las leyes están para no cumplirse. Si ni siquiera la Administración lo hace...

lunes, 31 de enero de 2011

El tabaco, el pecado y la redondez de la tierra


Lo reconozco públicamente: soy fumador. Casi siempre lo he sido (lo dejé varias veces y siempre volví). Da la impresión que con la presión mediática que se ha desatado se trata de un pecado inconfesable. Quieras o no, da cosa sacar un cigarrillo en público (en la calle, se entiende) y encenderlo, más aún si se lleva bata blanca. Puede que la cámara de un intrépido reportero te capte y te sometan al escarnio público de aparecer con tu bata blanca en la tele, en "prime time" y con el cigarro en la boca. Pero es que ya fumábamos en la calle antes de entrar en vigor esta ley porque no sé si se acuerda alguien de que ya estaba prohibido desde hace muchos años fumar en los centros de trabajo de la administración pública.
No obstante lo dicho, hay que señalar que en la mayoría de los países con los que anhelamos compararnos y codearnos (y a los que, me temo, nunca llegaremos a alcanzar), las cuestiones que afectan a la salud pública no entran apenas en la lucha política. Si los científicos han demostrado que esto o lo otro es malo para la salud y han recomendado tal o cual medida preventiva se pone en marcha y todos tan contentos, sean del color que sean. Así, se fueron imponiendo restricciones al consumo de tabaco en lugares públicos cerrados con toda naturalidad, con gobiernos de derechas o de izquierdas. Y la gente, a cumplir a rajatabla la normativa. Incluso en Italia, que ya es decir.
Aquí no. Como la ley la han hecho los otros, a criticarla. Que es criticable en alguno de sus aspectos, sin duda, pero de ahí a prácticamente llamar a su incumplimiento (simplemente desistiendo de su vigilancia) va mucho. Y los otros, con la Pajín al frente (esa gran profesional de la sanidad), a la caza y captura del fumador.
Pero hay una verdad científica, un hecho incuestionable: fumar mata. También a los fumadores pasivos, como los trabajadores del sector de hostelería. Negar hoy día esto es lo mismo que negar que la tierra es redonda.

Como siempre, el comportamiento de la gente está por encima del de nuestros políticos y, en general, está habiendo un cumplimiento aceptable de la norma. La resistencia de algunos debe cesar.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Higia pecoris salus populi

El título significa que la higiene de los animales mejora la salud de la población y es la frase que figura en el escudo de la profesión Veterinaria en España.
En general, el número de casos de muchas enfermedades transmisibles de los animales al hombre (zoonosis) tradicionalmente presentes en España (endémicas) ha ido disminuyendo en la población española de forma paralela a la implementación de medidas de control y detección de animales enfermos en la cabaña ganadera. Sirva como ejemplo la evolución temporal de una de las enfermedades más importantes, la brucelosis o fiebres de Malta, que de más de 8000 casos humanos anuales a mediados de los años ochenta ha pasado a menos de mil casos anuales en lo que va de década. En la figura 1 se aprecia su evolución. En ovinos y caprinos se ha pasado de más del 3% de los animales afectados en 1994 al 0,62% en 2004 (Figura 2). Pese a la gran alarma social que causan las alertas lanzadas respecto a determinadas enfermedades, lo cierto es que la situación general sanitaria en las explotaciones ganaderas ha mejorado notablemente. El ejemplo de la brucelosis, tal y como se refleja claramente en los gráficos que se adjuntan, es ilustrativo de cómo actuando de forma planificada sobre la fuente de infección, en éste caso fundamentalmente el ganado ovino y caprino, se reducen los casos de zoonosis en humanos, teniendo en cuenta que otros factores, como la educación sanitaria, tanto de los consumidores, como de los intervinientes en la cadena alimentaria (ganaderos e industria alimentaria) han influido sin duda en la mejora de resultados.